La filosofía de las artes marciales aplicada al Tae Kwon Do está basada en la unidad del espíritu y las acciones físicas. En orden para actuar efectivamente como un arma natural en determinados movimientos, los músculos y articulaciones del cuerpo humano deben estar entrenados para actuar coordinadamente, no obstante, el desarrollo del cuerpo y la coordinación de los movimientos y técnicas del Tae Kwon Do no son totalmente efectivas a menos que estas técnicas sean en conjunto con el entrenamiento moral del carácter, la auto disciplina, amabilidad, bondad, paciencia, perdón y humildad.
Por consiguiente, la meditación (Munk Niong) es practicada para la unificación del cuerpo y espíritu, los conocimientos y enseñanzas son más claros y las acciones más eficaces. El conocimiento (se entiende que el individuo es completo cuando tiene el conocimiento) provee la habilidad de actuar con confianza. La concentración también contribuye para realizar técnicas óptimas; al darnos un sentido de calma y determinación eliminando o disminuyendo las distracciones y la falta de percepción, en general se enriquece nuestra vida.
La aplicación de los principios del Ying y Yang, permite ampliamente que algunas partes de nuestro cuerpo sean utilizadas a su máximo potencial, las partes duras y blandas o el yin y yang de nuestro cuerpo se entrena para actuar con velocidad y agilidad de forma apropiada. Las partes blandas de nuestro cuerpo son flexibles se protegen, no se utilizan para resistir o bloquear un ataque, estas son utilizadas sacar de balance al oponente, por otro lado, las partes duras y resistentes del cuerpo, son utilizadas para bloquear al atacante. Cuando son aplicados correctamente los principios del ying yang ponemos al oponente en desventaja.
El individuo debe saber que para defender nuestra persona o nuestra vida está el riesgo de perderla y al aceptar esto y prepararse mentalmente, el miedo no será una distracción. El cuerpo y mente entrenados actúan como uno solo como un reflejo intuitivo. La respuesta del cuerpo se sincroniza con la percepción.
El Tae Kwon Do es la combinación del estado mental trabajando al unísono con un cuerpo entrenado. Cuando la bondad y humildad se conjunta con la gracia física, el uso del tae kwon do se convierte en un arte, a diferencia de la idea occidental sobre a mayor técnica y habilidad y destreza como último objetivo para tener una buena defensa personal, en oriente, la idea sobre la defensa personal va mas allá de solo eso, la idea se convierte en sobrepasar los límites de las destrezas y habilidades físicas para incorporar el arte marcial como un camino para convertirnos y ser uno con el mundo, unificar al hombre y la tierra. El vivir conscientemente en harmonía con nuestro medio ambiente día a día es la base de la filosofía del Tae Kwon Do en acción, no el uso del cuerpo como un arma destructiva con propósitos sin sentido. Lo que se aprende al practicar Tae Kwon Do es la habilidad de identificar lo necesario con lo necesario, antagonismo en la causa de la auto preservación, autodefensa, no el desperdiciar energía en miedos y destrucción.
El individuo supera su carencia de fe en sí mismo, gana autoconfianza a través del desarrollo de las habilidades de su cuerpo y mente en conjunto como una sola unidad, y la meta de vivir en harmonía es alcanzada.
Por consiguiente, la meditación (Munk Niong) es practicada para la unificación del cuerpo y espíritu, los conocimientos y enseñanzas son más claros y las acciones más eficaces. El conocimiento (se entiende que el individuo es completo cuando tiene el conocimiento) provee la habilidad de actuar con confianza. La concentración también contribuye para realizar técnicas óptimas; al darnos un sentido de calma y determinación eliminando o disminuyendo las distracciones y la falta de percepción, en general se enriquece nuestra vida.
La aplicación de los principios del Ying y Yang, permite ampliamente que algunas partes de nuestro cuerpo sean utilizadas a su máximo potencial, las partes duras y blandas o el yin y yang de nuestro cuerpo se entrena para actuar con velocidad y agilidad de forma apropiada. Las partes blandas de nuestro cuerpo son flexibles se protegen, no se utilizan para resistir o bloquear un ataque, estas son utilizadas sacar de balance al oponente, por otro lado, las partes duras y resistentes del cuerpo, son utilizadas para bloquear al atacante. Cuando son aplicados correctamente los principios del ying yang ponemos al oponente en desventaja.
El individuo debe saber que para defender nuestra persona o nuestra vida está el riesgo de perderla y al aceptar esto y prepararse mentalmente, el miedo no será una distracción. El cuerpo y mente entrenados actúan como uno solo como un reflejo intuitivo. La respuesta del cuerpo se sincroniza con la percepción.
El Tae Kwon Do es la combinación del estado mental trabajando al unísono con un cuerpo entrenado. Cuando la bondad y humildad se conjunta con la gracia física, el uso del tae kwon do se convierte en un arte, a diferencia de la idea occidental sobre a mayor técnica y habilidad y destreza como último objetivo para tener una buena defensa personal, en oriente, la idea sobre la defensa personal va mas allá de solo eso, la idea se convierte en sobrepasar los límites de las destrezas y habilidades físicas para incorporar el arte marcial como un camino para convertirnos y ser uno con el mundo, unificar al hombre y la tierra. El vivir conscientemente en harmonía con nuestro medio ambiente día a día es la base de la filosofía del Tae Kwon Do en acción, no el uso del cuerpo como un arma destructiva con propósitos sin sentido. Lo que se aprende al practicar Tae Kwon Do es la habilidad de identificar lo necesario con lo necesario, antagonismo en la causa de la auto preservación, autodefensa, no el desperdiciar energía en miedos y destrucción.
El individuo supera su carencia de fe en sí mismo, gana autoconfianza a través del desarrollo de las habilidades de su cuerpo y mente en conjunto como una sola unidad, y la meta de vivir en harmonía es alcanzada.
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